El Comando Megafón se fue con unos cumpas a mirar una película que se llama LOS RESISTENTES, que los llenó de emoción a todos, los hizo llorar y les cargó las pilas con mucha energía peronista!!
LOS RESISTENTES son relatos de la lucha clandestina entre 1955 y 1965, la alucinada odisea de la Resistencia frente a la violencia y el odio desatados por la "Revolución Libertadora", "La Fusiladora". Es una historia casi oculta de los trabajadores.
Ahí en la pantalla estaban los viejos de la Resistencia de distintas provincia contando sus historias desconocidas, secretas, herméticas, compartimentadas, guardadas celosamente en sus memorias ya gastadas, pero contadas con esa pasión y orgullo que tan bien conocemos, porque nos transmitieron ellos esos sentimientos. Cuando éramos chicos y escuchábamos, sin entender nada, conversaciones apasionadas, a media lengua, palabras susurradas, ahi aprendimos lo de la pasión y el orgullo porque lo percibíamos y de grandes nos lo explicamos.
Y los viejos de la Resistencia, los mismos de la pantalla también estaban en la sala, y el Comando Megafón se dio el gusto de abrazar a varios de ellos y agradecerles su herencia, el que hayan mantenido viva la llama de esa revolución inconclusa, como también la mencionaron ellos.
Cumpas, es tan difícil poder transmitirles esos sentimientos, esa emoción que conmovió al Comando al ver a esos hombres que alguna vez fueron jóvenes, entre 20 y 30 años en el 55', y se jugaron la vida para que el General regrese a la Argentina, para que el pueblo vuelva a ser feliz y viva tranquilo (estas son palabras de ellos), esas ilusiones...ese compromiso...esas ganas...ese sentimiento peronista...
La película nos dejó enterarnos por boca de ellos de historias que ningún libro registró todavía, historias de riesgos, al mismo tiempo ingenuas, algunas difíciles y divertidas. La imagen que representa a la película es un clavo miguelito ¿se acuerdan? seguro que mas de uno que lee ésto fabricó miguelitos para algún paro. Les pongo la foto para los que no los conocen:
No podía estar ausente de la película la pintada de Villa Manuelita. Esta es la historia:
El 16 de septiembre de 1955, se producía el golpe organizado por religiosos y realizado por civiles y militares antiperonistas. Los “comandos civiles” se dedicaron a cazar peronistas en todo el país, y entregarlos a los militares y a la policía golpista. En Rosario, el pueblo peronista se preparaba para resistir el golpe. Panaderos, pizzeros, pasteleros, trabajadores del gremio de la madera, hicieron barricadas en las calles, en las esquinas, cortaron el tránsito. La CGT lanzó a los obreros a las calles en grandes columnas. Los trabajadores fueron atacados por helicópteros que tiraban bombas de gases y por francotiradores de los “comandos civiles” compuestos por socialistas, comunistas, religiosos y radicales que disparaban desde los techos.
Estados Unidos, Inglaterra y Uruguay – entre otros- se apuraron en reconocer al gobierno de los golpistas.
Pero, en una de las villas de Rosario, se vivió un ejemplo de conmovedora dignidad. Una trabajadora del frigorífico Swift, de pronto, giró su cabeza hacia la entrada de la villa y, dirigiéndose hacia un enemigo aún invisible, empezó a agitar la ropa que estaba lavando y gritó: “¡Vengan! ¡Tiren! ¡No les tenemos miedo! ¡Viva el general Perón, carajo! ¡Viva la compañera Evita! La rebelión se desató, el resto de las mujeres dejaron de lavar y comenzaron a levantar enormes piedras para bloquear las vías del tranvía. De una casilla llevaron una pila de delantales blancos que otras mujeres unieron con alfileres, uno al lado del otro hasta reunir varios metros, sobre esta bandera improvisada que colocaron en el tanque de agua, escribieron con brea “Todos los países reconocen a Lonardi. VILLA MANUELITA, NO”. Los hombres aparecieron con hachas para cortar los eucaliptos y cruzarlos delante de las tanquetas. Villa Manuelita era una república que se atrincheraba para la guerra.
Por Abanderado Brandoli avanzaba una formación del ejército con la intención de tomar el tanque de agua para quitar la bandera; de la columna militar se desprendieron tres soldados, las mujeres se pusieron adelante y desprendiéndose las camisas y mostrando los pechos, levantando sus pequeños hijos que lloraban, hacia el cielo lluvioso; desafiaban: “¡Adelante!... ¡mátenlos!... ¡asesinos!... ¡tiren cobardes!”. Los soldados dieron vuelta, uno de ellos lloraba…Villa Manuelita, no se rendía. El ejército hizo otros tres intentos por sacar la bandera, siempre fueron corridos a pedradas y ladrillazos hasta fuera de la villa mientras les cantaban la “marchita”.
Estados Unidos, Inglaterra y Uruguay – entre otros- se apuraron en reconocer al gobierno de los golpistas.
Pero, en una de las villas de Rosario, se vivió un ejemplo de conmovedora dignidad. Una trabajadora del frigorífico Swift, de pronto, giró su cabeza hacia la entrada de la villa y, dirigiéndose hacia un enemigo aún invisible, empezó a agitar la ropa que estaba lavando y gritó: “¡Vengan! ¡Tiren! ¡No les tenemos miedo! ¡Viva el general Perón, carajo! ¡Viva la compañera Evita! La rebelión se desató, el resto de las mujeres dejaron de lavar y comenzaron a levantar enormes piedras para bloquear las vías del tranvía. De una casilla llevaron una pila de delantales blancos que otras mujeres unieron con alfileres, uno al lado del otro hasta reunir varios metros, sobre esta bandera improvisada que colocaron en el tanque de agua, escribieron con brea “Todos los países reconocen a Lonardi. VILLA MANUELITA, NO”. Los hombres aparecieron con hachas para cortar los eucaliptos y cruzarlos delante de las tanquetas. Villa Manuelita era una república que se atrincheraba para la guerra.
Por Abanderado Brandoli avanzaba una formación del ejército con la intención de tomar el tanque de agua para quitar la bandera; de la columna militar se desprendieron tres soldados, las mujeres se pusieron adelante y desprendiéndose las camisas y mostrando los pechos, levantando sus pequeños hijos que lloraban, hacia el cielo lluvioso; desafiaban: “¡Adelante!... ¡mátenlos!... ¡asesinos!... ¡tiren cobardes!”. Los soldados dieron vuelta, uno de ellos lloraba…Villa Manuelita, no se rendía. El ejército hizo otros tres intentos por sacar la bandera, siempre fueron corridos a pedradas y ladrillazos hasta fuera de la villa mientras les cantaban la “marchita”.
¿Y que tal Cumpas? Qué herencia y qué banderas llevamos con orgullo!!!!
Dicen que el símbolo de reconocimiento entre los resistentes fue la flor nomeolvides, y dicen que los muchachos silbaban el tango "Fumando espero"
1 comentario:
mira que grosa la historia maby...
bueno espero q la pasen en febrero asi voy a ver la peli!!
gracias por la info saludos!
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