miércoles, 7 de enero de 2009

El Subcomandante Insurgente Marcos dice sobre la masacre en Gaza (Ariel lo escuchó y nos lo contó):

De siembras y cosechas.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 4 de enero del 2009
Tal vez lo que voy a decir no venga al caso de lo que es el tema central de esta mesa, o tal vez sí.
Hace dos días, el mismo en el que nuestra palabra se refirió a la violencia, la inefable Condoleezza Rice, funcionaria del gobierno norteamericano, declaró que lo que estaba pasando en Gaza era culpa de los palestinos, por su naturaleza violenta.
Los ríos subterráneos que recorren el mundo pueden cambiar de geografía, pero entonan el mismo canto.
Y el que ahora escuchamos es de guerra y de pena.
No muy lejos de aquí, en un lugar llamado Gaza, en Palestina, en Medio Oriente, aquí al lado, un ejército fuertemente armado y entrenado, el del gobierno de Israel, continúa su avance de muerte y destrucción.
Los pasos que ha seguido son, hasta ahora, los de una guerra militar clásica de conquista: primero un bombardeo intenso y masivo para destruir puntos militares "neurálgicos" (así les dicen los manuales militares) y para "ablandar" las fortificaciones de resistencia; después el férreo control sobre la información: todo lo que se escuche y vea "en el mundo exterior", es decir, externo al teatro de operaciones, debe ser seleccionado con criterios militares; ahora fuego intenso de artillería sobre la infantería enemiga para proteger el avance de las tropas a nuevas posiciones; después será el cerco y sitio para debilitar a la guarnición enemiga; después el asalto que conquiste la posición aniquilando al enemigo, después la "limpieza" de los probables "nidos de resistencia".
El manual militar de guerra moderna, con algunas variaciones y agregados, está siendo seguido paso a paso por las fuerzas militares invasoras.
Nosotros no sabemos mucho de esto y, es seguro, hay especialistas sobre el llamado "conflicto en Medio Oriente", pero desde este rincón algo tenemos que decir:
Según las fotos de las agencias noticiosas, los puntos "neurálgicos" destruidos por la aviación del gobierno de Israel son casas habitación, chozas, edificios civiles. No hemos visto ningún bunker, ni cuartel o aeropuerto militar, o batería de cañones, entre lo destruido. Entonces nosotros, disculpen nuestra ignorancia, pensamos que o los artilleros de los aviones tienen mala puntería o en Gaza no existen tales puntos militares "neurálgicos".
No tenemos el honor de conocer Palestina, pero nosotros suponemos que en esas casas, chozas y edificios habitaba gente, hombres, mujeres, niños y ancianos, y no soldados
Tampoco hemos visto fortificaciones de resistencia, sólo escombros.
Hemos visto, sí, el hasta ahora vano esfuerzo de cerco informativo y a los distintos gobiernos del mundo dudando entre hacerse patos o aplaudir la invasión, y una ONU, ya inútil desde hace tiempo, sacando tibios boletines de prensa.
Pero esperen. Se nos ha ocurrido ahora que tal vez para el gobierno de Israel esos hombres, mujeres, niños y ancianos son soldados enemigos y, como tales, las chozas, casas y edificios donde habitan son cuarteles que hay que destruir.
Entonces seguramente los fuegos de artillería que esta madrugada caían sobre Gaza eran para proteger de esos hombres, mujeres, niños y ancianos el avance de la infantería del ejército de Israel.
Y la guarnición enemiga a la que quieren debilitar con el cerco y sitio que se está tendiendo en torno a Gaza no es otra cosa que la población palestina que ahí vive. Y que el asalto buscará aniquilar a esa población. Y que cualquier hombre, mujer, niño o anciano que logre escapar, escondiéndose, del asalto previsiblemente sangriento, será luego "cazado" para que la limpieza se complete y el mando militar al mando de la operación pueda reportar a sus superiores "hemos completado la misión".
Disculpen de nuevo nuestra ignorancia, tal vez lo que estamos diciendo no venga, en efecto, al caso, o cosa, según. Y que en lugar de estar repudiando y condenando el crimen en curso, como indígenas y como guerreros que somos, deberíamos estar discutiendo y tomando posición en la discusión sobre si "sionismo" o "antisemitismo", o que en el principio fueron las bombas de Hamas.
Tal vez nuestro pensamiento es muy sencillo, y nos faltan los matices y acotaciones tan necesarios siempre en los análisis pero, para nosotras, nosotros, zapatistas, en Gaza hay un ejército profesional asesinando a una población indefensa.
¿Quién que es abajo y a la izquierda puede permanecer callado?
¿Sirve decir algo? ¿Detienen alguna bomba nuestros gritos? Nuestra palabra, ¿salva la vida de algún niño palestino?
Nosotros pensamos que sí sirve, que tal vez no detengamos una bomba ni nuestra palabra se convierta en un escudo blindado que evite que esa bala calibre 5.56 mm o 9 mm, con las letras "IMI", "Industria Militar Israelí" grabadas en la base del cartucho, llegue al pecho de una niña o un niño, porque tal vez nuestra palabra logre unirse a otras en México y el mundo y tal vez primero se convierta en murmullo, luego en voz alta, y después en un grito que escuchen en Gaza.
No sabemos ustedes, pero nosotros y nosotras, zapatistas del EZLN, sabemos lo importante que es, en medio de la destrucción y la muerte, escuchar unas palabras de aliento.
No sé cómo explicarlo, pero resulta que sí, que las palabras desde lejos tal vez no alcanzan a detener una bomba, pero son como si se abriera una grieta en la negra habitación de la muerte y una lucecita se colara.
Por lo demás, pasará lo que de por sí va a pasar. El gobierno de Israel declarará que le propinó un severo golpe al terrorismo, le ocultará a su pueblo la magnitud de la masacre, los grandes productores de armamento habrán obtenido un respiro económico para afrontar la crisis y "la opinión pública mundial", ese ente maleable y siempre a modo, volteará a mirar a otro lado.
Pero no sólo. También va a pasar que el pueblo Palestino va a resistir y a sobrevivir y a seguir luchando, y a seguir teniendo la simpatía de abajo por su causa.
Y, tal vez, un niño o una niña de Gaza sobrevivan también. Tal vez crezcan y, con ellos, el coraje, la indignación, la rabia. Tal vez se hagan soldados o milicianos de alguno de los grupos que luchan en Palestina. Tal vez se enfrente combatiendo a Israel. Tal vez lo haga disparando un fusil. Tal vez inmolándose con un cinturón de cartuchos de dinamita alrededor de su cintura.
Y entonces, allá arriba, escribirán sobre la naturaleza violenta de los palestinos y harán declaraciones condenando esa violencia y se volverá a discutir si sionismo o antisemitismo.
Y entonces nadie preguntará quién sembró lo que se cosecha.
Por los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

domingo, 4 de enero de 2009

Somos los Salieri del compañero Alejandro Pandra, le robamos textos peronchos a él: VACIO Y PLENITUD JUSTICIALISTA por Daniel Santoro

"En definitiva el justicialismo habita el vacío entre la izquierda y la derecha, en una especie de trascendencia de los opuestos, lo que nos puede llevar a interpretarlo de acuerdo con los parámetros de la física cuántica. Entonces diríamos: “el peronismo no es de izquierda ni de derecha, sino que tiende a serlo”.

El tres es un número emblemático para el justicialismo: define su posición ideológica (tercera), su estructura política (las tres ramas del movimiento) y las tres banderas de su programa doctrinario. Las grandes cosmogonías de Oriente y Occidente comparten este patrón numérico, articulando en torno al tres la estructura de sus dogmas. Un buen ejemplo es el del árbol de la vida en la cábala, con sus tres ramas: la rama izquierda, que expresa la misericordia; la derecha, la severidad; y en el centro, la rama del vacío, que sería algo así como el espacio del acuerdo, la zona no beligerante. Traspolado al cuerpo humano, la izquierda y la derecha son espacios llenos, estructurales, en donde la fuerza se despliega y el cuerpo es menos vulnerable; el eje central, en cambio, es mórbido y su condición primordial es la del vacío (boca, esófago, corazón, tráquea, estómago y útero). En la simbología bíblica, Caín y Abel personifican a la derecha y la izquierda. Ningún sistema bipolar sobrevive, como tampoco lo hicieron ellos. La disputa del dos no tiene salida.
Un sistema trinitario repone el equilibrio; según Pitágoras, el tres nos trae la primera figura geométrica: el triángulo, el sólido trípode sobre el que se construye el universo; todas las series armónicas, como las de Fibonacci, tienen su inicio aquí. Para los griegos, lograr la armonía es encontrar la medida o medianía entre dos términos dados, dando paso así a la proporción. Más precisamente para Platón, el problema armónico general se resuelve al poner en proporción los vacíos o intervalos de cifras que están en razones definidas con las cifras iniciales. Volviendo a Fibonacci, la tercera posición es una suerte de armonización del vacío, un intervalo armónico entre opuestos.
El gran pintor simbolista Xul Solar realizó entre 1950 y 1954 muchas obras con las imágenes del árbol de la vida en las que fue revelando aspectos de esta cosmogonía y que explican, en cierto modo, su adhesión al gobierno justicialista de entonces.
En el siglo XVII, el monje Athanasius Kircher, exclamó con pasión neopitagórica “todo lo trino es perfecto”. Postrado bajo el triángulo que dibuja al Padre, celoso custodio del capital, al Hijo, abandonado en su aventura justiciera y terrenal, y al Espíritu Santo, la tercera aparición que desde la cúspide de la tríada, derrama sus dones de sutil componedor. Esta trinidad está muy emparentada con la de Shiva, Visnú y Brahma, el gran mar de la tranquilidad que en uno de sus pliegues produjo el entero universo; parentesco que llega al zorohastrismo, la antigua religión que, con sus dos dioses en oposición: Ahura Mazda y Arriman, coloca a la figura de Mitra -largamente estudiado por C. G. Jung- como el misterioso repositor del equilibrio. Aún mas hacia Oriente, el Tao nos recuerda que sólo el vacío justifica a las cosas: un vaso, una casa, un ser humano son por el espacio libre que existe dentro y fuera de ellos. Como sostiene Francois Cheng en su libro Vacío y plenitud, “el Yin y el Yang son un motor que gira y da vida al universo gracias al espacio que hay alrededor”.
Fundar su doctrina en torno a una tercera posición, le permitió a Perón apelar constantemente a la búsqueda de la armonía, que no es otra cosa que ubicar de manera correcta un punto sobre un segmento entre dos extremos. En este caso, son comunismo y capitalismo, izquierda y derecha. Estas dos posturas encuentran su identidad en un punto fijo tan irreductible como la estructura de un sólido; nada de esto ocurre en el justicialismo, cuya virtud es la de plantear flexibles relaciones armónicas a través de diversas posibles distancias a los extremos. En esta tercera posición, el cuerpo doctrinario del peronismo expone su área de penetración ideológica, permitiéndole gozar libremente, abandonado a un perpetuo vagabundeo por el extenso campo que enmarcan las ideologías. En definitiva el justicialismo habita el vacío entre la izquierda y la derecha, en una especie de trascendencia de los opuestos, lo que nos puede llevar a interpretarlo de acuerdo con los parámetros de la física cuántica. Entonces diríamos: “el peronismo no es de izquierda ni de derecha, sino que tiende a serlo”.
En muchos de mis trabajos, como los que este texto acompaña, busco lograr un acercamiento visual o al menos dibujar los contornos de lo que podría ser el justicialismo. Esto sin duda es un desafío, tal búsqueda siempre fue un enigma para sociólogos, politólogos y economistas; intento tener algún resultado antes que la inquietud llegue a los arqueólogos.
Daniel Santoro, artista plástico contemporáneo Texto gentileza de danielsantoro.com.ar
Bibliografía
Ghicka, Mathyla. El número de oro, Barcelona, Poseidón, 1978.–.
Estética de la proporción en las artes visuales, Buenos Aires, Poseidón, 1933.
Cheng, François: Vacío y plenitud, Madrid, Siruela, 2005.
Glasman, Sarah. “el número de oro”, en Revista Conjetural, Nº 4.