Hoy que podemos trabajar y militar sin dictaduras genocidas, los pibes pueden volver a las calles y hablar de política. Estos tiempos son felices, con muchas dificultades, la revolución inconclusa no es fácil de llevar adelante, pero estamos caminando en esa dirección.
Cumpas, las palabras del General Perón son de un tiempo de tristeza y sufrimiento, de mucha lucha, pero teniendo en cuenta que fueron dichas en 1956, vemos en ellas un camino político claro, nítido, el trabajo por hacer y que hoy estamos llevando adelante.
Para que lean los pibes de dónde venimos, de esas luchas, de esa ansiedad por traer al General a la Patria, de tomar las armas, de poner bombas, de la Resistencia Peronista, de la organización Montoneros, de la Juventud Peronista, de los 30000 compañeros y compañeras desaperecidos.
Pero hoy estamos acá, en este 17 de noviembre de 2011 para festejar porque aprendimos que los días más felices siempre fueron peronistas. Porque aprendimos de las Madres y de las Abuelas. Además porque este es otro mundo. Porque resistimos nuevamente la dictadura cívico militar de 1976, porque las Fuerzas Armadas se derrotaron a si mismas. Porque están todos sus desastres a la vista. Porque llegó Néstor. Porque no olvidamos y podemos hacer justicia para los 30000 pero sobre todo para los compatriotas necesitados de todo. Porque Cristina avanza, sabemos que con dificultades, pero avanza y también sabemos que no la harán retroceder. Desde estas convicciones y porque aprendimos mucho estamos codo a codo con todos los que quieren los mismos objetivos, no importa su ideología, importa que todos empujamos para el mismo lugar. Esto lo dijo el General Perón en 1956.
Lean cumpitas, hay mucho para aprender de nuestra historia nacional y popular:
DIRECTIVAS GENERALES PARA TODOS LOS PERONISTAS. JUAN D. PERON.
Enero de 1956
OBJETIVOS, MISIÓN, DIRECTIVAS GENERALES, DIRECTIVAS PARTICULARES AL PARTIDO PERONISTA MASCULINO, PARTIDO PERONISTA FEMENINO Y CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO
1. Objetivos
El Justicialismo es una revolución social. En 10 años de realidades, su doctrina y su mística han mostrado los objetivos que se pueden alcanzar y han indicado el camino para lograrlos.
Hemos cometido el error de creer que una revolución social podría realizarse incruentamente. La reacción nos ha demostrado que estábamos equivocados y hemos pagado un caro precio por nuestro humanitarismo. El motín militar y la dictadura que siguieron a esa etapa justicialista son meros incidentes de la lucha. Lo permanente es nuestra revolución. Este lapso de tiranía es lo indicado para salvar a la revolución social, después del error inicial cometido por nosotros. Era lo único que podía darle vigar, extenderla y purificarla. Es una "poda" que nos devolverá la dinámica revolucionaria.
Es también la única manera de salvar ese error cometido en nombre de un sentimiento humanitaria que, los mismos por él favorecidos, han desmentido con la saña más feroz en la desposesión y el asesinato a malsalva de los trabajadores. Por eso, los trabajadores argentinos y los peronistas, que se unen en la doctrina justicialista, ante el fracaso de las formas incruentas ensayadas, debemos prepararnos espiritualmente para una revolución social de proporciones definidas, destinada a realizar sus objetivos con el desarme de la reacción y su extinción absoluta.
El Pueblo Argentino ha presenciado los métodos de la reacción. La ruina progresiv de los obreros y el robo de sus bienes en los sindicatos y en la Confederación General del Trabajo son ejemplos elocuentes. La muerte de miles de trabajadores, asesinados por la reacción, nos está demostrando el camino en esta lucha, que nos negamos a iniciar nosotros pero que nuestros enemigos han desencadenado.
A nosotros ya no nos interesan las elecciones sino como un medio más para el logro de nuestros objetivos. Debemos estar decididos y preparanos minuciosamente para una nueva acción: la revolución social. Será a corto plazo si todos se unen detrás de las banderas justicialistas y cumplen con el deber de la hora. Si no, será a largo plazo. Pero de todas maneras, será.
Debemos vengar a nuestros hermanos asesinados en todo el territorio de la República. Debemos vindicar a los miles de compañeros aprisionados y escarnecidos por la reacción. Debemos volcer a los trabajadores dignificados y reivindicados. Ello sólo se puede obtener mediante la revolución social.
Que el recuerdo de nuestros compañeros muertos impulse a los trabajadores en el cumplimiento de su deber solidario. Que la memoria de Eva Perón, escarnecida por la tiranía, dé a nuestras mujeres el aliento y el valor necesario para luchar. Que nadie falte en la hora decisiva y que cada uno sepa lo que debe hacer: ésa es la tarea a preparar ahora y hasta el triunfo. (...)
Y después de 18 años de resistir y pelear contra las permanentes dictaduras y la proscripción del peronismo, un 17 de noviembre de 1972 regresaba el General Perón al País. Fue un día de lluvia, difícil para llegar a recibir al General porque los milicos ponían obstáculos, nos impedía avanzar. Pero las ganas pudieron más y hasta con las patas en el barro y metidos en el agua hasta la cintura, avanzamos. No nos importaba nada, sólo encontrarnos con Perón, mirarlo, ver su regreso, si no lo podíamos creer!!!
Aquel 17 de noviembre de 1972 había que llegar a Ezeiza como sea. La consigna "la vida por Perón" se había convertido en realidad durante todos esos años muchos compañeros habían dado su vida.
Como escribió el cumpa Coco Plaza: "Algunos lo denominaron el día del militante, pero no es tan así, el día de la militancia está mejor; y si apelamos a su origen: El “día de la militancia peronista”.
Chau cumpas. Festejemos con alegría, estamos en el camino que debemos andar. Todos los compañeros que desde 1955 dieron su vida, presentes hoy más que nunca!!!!! Viva Perón carajo!!