Hay hombres que caminan por las calles
con un sol en la frente, un diamante de luz,
con hambre de otra vida, con aire de combate,
hay hombres que se sientan a la mesa
y reparten su pan con gusto solidario.
Hay hombres que despiertan y sonríen
mientras dicen: hoy es el día.
Dan la mano como un acto de fiesta,
saludan como cantando un himno.
Hay hombres que de noche tienen sueños justos,
destierran ángeles corruptos
y al despertar, para salvar la tribu
van presurosos a sus puestos de lucha.
Esos que son así, como usted, son los hombres libres.
Además el Comando Megafón quiere compartir con los cumpas estos párrafos, porque le gustan y vienen a cuento:
Para San Agustín, la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron. Pesan en el interior de cada familiar, de cada amigo, de cada compañero de trabajo, alimentan preguntas incesantes: ¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces.
Enterrar a sus muertos es una ley no escrita, dice Antígona, una ley fija siempre, inmutable, que no es una ley de hoy sino una ley eterna que nadie sabe cuándo comenzó a regir. “¡Iba yo a pisotear esas leyes venerables, impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre, fuera el que fuera!”, exclama. Así habla de y con los familiares de desaparecidos bajo las dictaduras militares que devastaron nuestros países. Y los hombres no han logrado aún lo que Medea pedía: curar el infortunio con el canto.
Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular.
Párrafos del discurso de Juan Gelman cuando le entregaron el premio Cervantes.
Así como Antígona, el Comando Megafón siente que sólo enterrando a nuestros muertos llegará la paz a nuestros corazones.
Chau Cumpas. ¡Viva Perón Carajo! porque tenemos que ganar la Madre de Todas las Batallas, se viene dura la pelea pero vamos a ganar contra toda la traición.
5 comentarios:
la memoria de los compañeros ausentes nos atraviesa de arriba abajo y nos perdura hasta nuestra propia muerte, la sangre derramada no será negociada ni olvidada. Sólo el olvido se parece a la muerte y no le vamos a dejar que se parezca.
Gracias Daniel, te sigo tanto en el blog como en tus intercambios en el MPB y tu sensibilidad siempre me emociona.
Cumpa querida:
son tantos los compañeros y amigos que se llevaron los turros, que jamas habra olvido capaz de borrarlos.
Todos los dias sueño, con algunas vez, pintar en el paredón favorito de la UES de Avellaneda( que todavia resiste al tiempo):
CUMPLIMOS COMPAÑEROS, LA PATRIA ESTA LIBERADA.
Ojalá que sea!
El Caniche Chino
Uyyy Chino, qué momento lindo proponés. Yo te digo que algún día tenemos que ir a ese paredón a pintar algo que diga que LA PATRIA VA PARA EL LADO DE LA JUSTICIA Y LA LIBERACIÓN, AUNQUE NO ESTÉ TOTALMENTE LIBERADA
Quizás muy fuerte para el precario control de mí mismo.
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