martes, 25 de octubre de 2011

RECUERDO Y HOMENAJE PARA "EL TOMATE" A UN AÑO DE SU PARTIDA FINAL

Tomás Luque "el Tomate"
Desde muy joven había formado parte de la Resistencia Peronista. Luego militó en la gloriosa JP, enfrentó a las dictaduras de Onganía, Levingston y Lanusse; participó del Cordobazo y otros estallidos sociales. Fue parte de la campaña "Luche y Vuelve" tan efectiva que Perón vino a la Argentina en 1972. Juan Carlos Dante Gullo fue su amigo y compañero de militancia. Luego el Tío Cámpora llegó a laCasa Rosada el 25 de mayo de 1973.

Cuando el Tomate estuvo en la plaza de Mayo el día que asumió Cámpora la presidencia ya formaba parte de la organización Montoneros. Luego vino  el tiempo de la muerte que fue el de la última dictadura militar. El Tomate se la bancó, resistió nuevamente y por suerte conservó la vida.

Cuando regresó la democracia se integró a "Intransigencia y Movilización Peronista" y participó activamente en el reagrupamiento de la JP, movilizando a decenas de miles de jóvenes.

Durante los ´90 enfrentó al Neoliberalismo nuevamente desde la resistencia, refugiado en la auténtica identidad peronista y en la militancia barrial.

Fue uno de los tantos que finalmente lograron derrotar a los que traicionaron, bajo el rótulo de “peronista”, a la patria y vendieron al país, regalar nuestra identidad e hipotecar el futuro, que con Néstor supieron rescatar.
Precisamente, desde mayo del 2003 militó enérgica y entusiastamente por la consolidación del rumbo iniciado de la mano del compañero presidente Néstor Carlos Kirchner.

“Tomate” –como Néstor y Cristina- formaba parte de una generación diezmada y sus convicciones estaban intactas, viendo casi con sorpresa que había un hombre que había venido a redimirlas, sin odio, pero con justicia. Un Luque esperanzado por la situación histórica que nos tocó vivir, de consolidación de la democracia, de recuperación de la mística militante, de fortalecimiento de nuestra identidad y cultura nacional y popular.

Nunca olvidó sus orígenes siendo un compañero fiel, leal al pueblo, bien de base, entendiendo que el movimiento nacional y popular se construye todos los días y desde abajo. El Tomate era alegre, humilde, solidario  y, por sobre todas las cosas, optimista, contagiando mística, convicción y fe.

El día anterior a su inesperada muerte, había viajado desde el Bajo Belgrano hasta el Bajo Flores a buscar unos periódicos para repartir ese fatídico domingo en una reunión que organizó con los compañeros del barrio.

Así terminó su vida, como la vivió: militando.Se acostó cansado por todo lo que estaba haciendo haciendo y por todo lo que aún falta hacer; contento, con la tranquilidad de los que dejan lo mejor de sí por una causa justa, seguramente antes de dormirse repasó una vez más lo que iba a charlar con los compañeros del Bajo en su reunión, seguramente pensó que la patria grande y la sociedad más justa por la que lucharon y dieron la vida tantos de sus amigos y compañeros está un poquito más cerca con la nueva historia abierta con Néstor.

No podíamos creer que el Tomate se había ido. Fuimos al cementerio de la Chacarita para acompañarlo hasta su lugar de descanso. Fue una gran reunión política, a los viejos compañeros les rodaban las lágrimas, el Turquito querido llevó la bandera montonera para acompañar y homenajear al compañero muerto. No faltó nadie, y los que no estuvieron ese último día fue porque estan lejos.

Este texto es un homenaje no sólo para el Tomate, también lo es para Emiliano su "hijo", militante igual que él. Seguramente el Tomate lo mirará desde el cielo a este nuevo Emiliano, sin su viejo adoptivo pero recientemente estrenado papá peronista.
El Comando Megafon te manda un abrazo de corazón, querido Tomate, al grito de ¡Viva Perón Carajo!
24/10/2010-24/10/2011

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